El tejado, paredes, ventanas, puertas y suelos son las áreas principales
							por donde se escapa el aire caliente y puede entrar el aire frío.
							Aunque cada casa es un mundo, generalmente se considera que el calor que una casa pierde se
							distribuye de la siguiente manera:
							
								- Del 30 al 35% por las paredes y puentes térmicos.
 
								- Alrededor de un 25% por el tejado y terrazas.
 
								- Hasta un 25% por puertas, ventanas, sellados, rendijas.
								
 
								- Entre 7 y el 15% por el suelo, en función de la tipología
									de vivienda.
 
							
							Por ello, mejorar el aislamiento de las paredes y el tejado es la manera más rápida y eficaz
							de reducir el consumo energético de la casa.