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Aislamiento térmico en viviendas: qué es y cómo mejorarlo

17 de junio 2025

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Descubre cuál es la mejor opción para mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo en tu hogar.
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Imagina que el vidrio que se recicla pueda recubrir el edificio en el que vivirás mañana. La idea no es una locura, sino presente. Lo que hasta hace poco era sólo un residuo, se está empleando en el mercado como una barrera innovadora contra el frío, el calor e incluso el ruido en los edificios. Es decir, en un aislante que contribuye al ahorro y eficiencia energética en los hogares. 

¿Qué es un aislante térmico y cómo funciona?

Hoy, el aislamiento térmico es una prioridad para tener casas más confortables y sostenibles. Pero, ¿en qué consiste? Se trata de instalar materiales que impidan el paso del calor (hacia dentro o hacia afuera) a través de los elementos constructivos de un edificio, como sus muros, techos o suelos. 

El aislamiento térmico tiene como objetivo crear una barrera protectora que en invierno evite que el calor salga del inmueble, y que en verano entre. Esto se consigue gracias a las propiedades físicas de ciertos materiales que tienen una baja conductividad. O, dicho de otra forma, que dejan pasar muy poca cantidad de energía. Cuanto menor es la transmisión o conductividad, mejor es el aislamiento. 

Si en casa sientes que en invierno hace mucho frío, aun con la calefacción encendida, o en verano percibes un calor sofocante, incluso con el sistema de climatización a tope, es un buen momento para revisar el aislamiento de tu inmueble. Ten en cuenta que el 50% de las viviendas en España fueron construidas antes de 1980, cuando no existía el Código Técnico de la Edificación, que detalla las exigencias básicas de calidad que tiene que tener un edificio para que pueda ser habitable. 

Esto significa que muchas de las casas en el país no cuentan con un aislamiento térmico. Si lo tienen, no es eficiente, salvo que el inmueble haya sido reformado en los últimos años. Para una vivienda nueva, por ejemplo, el Código Técnico de la Edificación pide que el espesor del aislante en muros y suelos, con contacto al exterior, sean de entre cinco y 14 cm. Para las cubiertas, se recomienda que este sea de entre 5 cm y 17 cm. 

Estas características dependen de la zona climática en la que esté el hogar y el material que se utilice como aislante. El Código, además, pide unas ventanas de doble acristalamiento y rotura de puente térmico en el inmueble. Si tienes el Certificado de Eficiencia Energética de tu hogar puedes saber cuál es el estado del aislamiento térmico. 

Y si no lo tienes te invitamos a descubrirlo con nuestra calculadora de aislamiento energético.

Tipos de aislamiento térmico para viviendas

El aislamiento térmico puede aplicarse a cualquier tipo de vivienda. Siempre hay una solución para poder ganar eficiencia en el inmueble y la rehabilitación energética puede ser más sencilla de lo que esperas. Hay dos formas de hacerlo: desde la parte interior o por el exterior. 

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Aislamiento térmico para paredes

El aislamiento reflexivo, que consta de una capa aislante hecha de diversos materiales (como láminas de aluminio, burbujas de aire o polietilenos), reduciendo así la transferencia de calor mediante la reflexión de la radiación térmica, es una de las opciones para mejorar la eficiencia energética. 

Si los muros (o el techo) tienen una cámara de aire vacía, se puede inyectar en ella un material aislante (fabricado con lana mineral de vidrio reciclado, por ejemplo), a través de pequeños orificios para introducir el producto. Si tu casa fue construida entre 1960 y 2006, lo más seguro es que tenga cámara de aire. La intervención no requiere de permiso de obras, se realiza en menos de 24 horas y se actúa desde el interior o el exterior del hogar. 

El aislamiento con lana mineral de vidrio reciclado tiene un coste de entre 6 y 12 veces inferior a otras opciones en el mercado. Frente a otras alternativas, además, no se pierde espacio habitable. La reducción de consumo anual (en calefacción y refrigeración) puede llegar a ser más de un 30%. 

Si tu hogar no tiene cámara de aire, se puede optar por un aislamiento interior (tanto en muros como en techos) con paneles hechos de diversos materiales. 

¿Qué aislamiento térmico es mejor para tu hogar?

Hay distintos materiales que se utilizan en el aislamiento de un mueble. Desde fibras de celulosa o madera, corcho, arcilla expandida, poliestireno, espuma de poliuretano, o incluso muros de fibras provenientes de textiles reciclados.  

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) los ha clasificado en naturales y sintéticos. Por ejemplo, las lanas minerales de vidrio son materiales que tienen excelente resistencia al fuego, son resistes a los insectos y roedores, y no se pudren.  

Los sintéticos (como el poliestireno o la espuma de poliuretano) son una alternativa con un alto poder aislante, son muy ligeros, pero son materiales no biodegradables y su reciclaje es complejo. 

Consejos para mejorar el aislamiento térmico de tu vivienda

Los objetivos climáticos hacia 2030 y 2050 nos llevarán a tener hogares más eficientes, confortables y resistentes tanto al frío en invierno como al calor durante el verano.  

Mejorar el aislamiento de un hogar tiene que ver también con revisar las distintas partes de la casa que tengan un contacto con el exterior. Revisa las ventanas. Si son muy antiguas o de un solo vidrio, convendría cambiarlas. El doble cristal marca una diferencia en la pérdida de energía. 

Verifica que no exista un puente térmico: cualquier zona donde se interrumpa la continuidad del aislamiento o aquella zona donde se produzca una fuga de calor. Se presentan en las ventanas, en las fachadas, cubiertas, soleras, esquinas o en las vigas. En ocasiones, suelen manifestarse con la aparición de burbujas o “ampollas” en la pared, manchas negras en las paredes o techos o gotas en alguna parte del inmueble. 

Si detectas que tu hogar pierde energía, lo más recomendable es contactar con un experto que haga un diagnóstico. De esta forma, es mucho más sencillo diseñar una intervención y adaptarla a tus necesidades.

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