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Recarga, la clave puede estar en el cable
28 of July 2022
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Ya hemos aprendido, explicado de una forma muy básica, que cuanto mayor sea el conector del cable de recarga, mayor será la potencia y por tanto la velocidad con la que cargaremos las baterías de nuestro coche. Entre un enchufe doméstico y un cargador CCS la diferencia puede ser de días para cargar el mismo coche, en función de la potencia de que dispongamos en el enchufe de casa. Si nos fijamos en cualquier cargador, veremos que cuanto más potente es (y por lo tanto más rápido) más gruesos son los cables de conexión. Esto es debido a que cuanta más corriente circula por un cable más sube su temperatura, lo que exige añadir un eficaz sistema de refrigeración para el propio cable que disipe ese calor. Esta es una de las razones que hace que la tecnología de recarga ultrarrápida sea más complicada.
Además, si habitualmente tenemos que cargar fuera de casa en diferentes lugares, desde enchufes domésticos a cargadores públicos o privados, es posible que tengamos que disponer de una variedad de cables o adaptadores, lo que obliga a llevar más cosas en el maletero y siempre con la duda de si los conectores y cables que tenemos serán los adecuados, tanto por tipo de conexión como por sus características técnicas. Para todos esos inconvenientes la industria ya ofrece soluciones.
UN CABLE PARA TODO
Mercedes ha creado un sistema capaz de adaptarse a todo tipo de enchufes y situaciones de recarga. La marca lo denomina sistema de carga flexible y en un extremo de este cable multifunción hay un conector Tipo 2 integrado (Mennekes), que se puede usar para cargar fácilmente todos los vehículos europeos. Los distintos adaptadores se pueden conectar cómodamente en el punto de separación del adaptador. El sistema detecta automáticamente los diferentes adaptadores y ajusta la potencia de carga a cada situación.
La potencia de carga máxima del sistema es de 22 kW, aunque también se puede ajustar manualmente si fuera necesario. Los sensores de temperatura integrados en los adaptadores para carga doméstica protegen todo el sistema contra un posible sobrecalentamiento. Además del enchufe Schuko, que es el más utilizado en Europa, se han incluido los adaptadores necesarios para otros países, como os para Suiza y Reino Unido. El precio de este cable multifunción es de 1.225 euros.
Bosch también ha creado un sistema que permite una adaptación a las situaciones de recarga más habituales. En lugar de tener que llevar dos cables, uno con un conector Mennekes y otro con un enchufe doméstico el cable único de Bosch hace la función de los dos. Solo es necesario adaptar en un extremo el adaptador (incluido en el equipo) para que el cable sirva tanto en casa como en un cargador público. El propio cable lleva incorporada toda la tecnología para soportar potencias entre los 2,3 kW de un enchufe casero hasta los 22 kW de un poste de recarga, para que su uso sea totalmente seguro.
¿EL CABLE DEL FUTURO?
El departamento de ingeniería avanzada de Ford Motor Company junto con investigadores de la Universidad de Purdue, en Indiana (EE UU) están trabajando en el desarrollo de un nuevo tipo de cable, aparentemente idéntico al de cualquier otro cargador, que podría aportar la solución para hacer que las cargas de un vehículo eléctrico fueran tan rápidas como el repostaje de un coche de combustión. La idea es solucionar el problema de la refrigeración del cable cuando se utilizan potencias de recarga muy altas.
El profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de Purdue, Issam Mudawar asegura que "ha encontrado una solución para reducir la cantidad de calor producida en la carga cuando ese calor supera la capacidad de las tecnologías actuales".
Ahora se utilizan refrigerantes líquidos para reducir la temperatura del cable, pero los técnicos de Ford y de la Universidad de Purdue han ideado un sistema con el que, a partir de cierta temperatura, el líquido refrigerante pasa a gaseoso con lo que aumenta de forma considerable su capacidad para disipar el calor producido durante la recarga. De momento, esta nueva tecnología está todavía en fase de pruebas en varios modelos Ford, pero parece prometedora.