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¿Qué se hace con las baterías usadas de un coche eléctrico?

05 de abril 2022

3 min de lectura

Para que un vehículo sea sostenible no solo sus emisiones deben ser nulas, su huella al final de su vida útil también y las baterías son uno de los elementos más importantes en el proceso de reciclaje.

¿Qué se hace con las baterías usadas de un coche eléctrico?

Para que un vehículo sea sostenible no solo sus emisiones deben ser nulas, su huella al final de su vida útil también y las baterías son uno de los elementos más importantes en el proceso de reciclaje.

¿Qué se hace con las baterías usadas de un coche eléctrico?

Aunque todavía el parque de vehículos eléctricos es reducido, estamos a punto de que se produzca la primera gran ola de baterías de coches eléctricos para "desguace", sin olvidar las de los híbridos enchufables más pequeñas pero idénticas en tecnología y, en este momento, más numerosas.

Cuando llega el momento de separar la batería de litio de un eléctrico se plantea un proceso complicado y que exige una gran especialización. Es muy diferente al rápido trabajo de desmontaje y reutilización que se realiza con un coche tradicional, del que se llega a reutilizar hasta el 95% de sus materiales ya que desde hace años existe un proceso estandarizado para ello. Los actuales CATV, o Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos, los desguaces de toda la vida, no están preparados para realizar este complicado trabajo con los eléctricos y los híbridos enchufables.

La normativa europea exige reciclar al menos el 50% del peso de las baterías que se recuperan y los fabricantes deben hacerse cargo de los costes de recogida, gestión y reciclaje de las baterías. El problema es que no existe un protocolo ni una normativa europea establecida para algo que, dentro de unos años, se convertirá en un problema si no se toman ahora las medidas adecuadas.

La mayoría de los fabricantes de automóviles eléctricos están implementando procesos para el reciclaje de sus baterías, tanto por razones medioambientales como económicas, ya que el elevado precio de algunas materias primas como el litio, el cobalto, el manganeso o el níquel hace necesario extraerlos de las baterías viejas.

La normativa europea exige reciclar al menos el 50% del peso de las baterías

El hecho de que cada fabricante utilice métodos diferentes de construcción y sellado de las baterías dificulta su procesado de una manera más o menos estandarizada al final de su vida útil. Hasta ahora el desmontaje de las pocas baterías que se reciclan se realizaba a mano, por operarios que debían trabajar con productos químicos y en las que podía haber energía eléctrica residual. Este desmontaje ya empieza a realizarse de manera automatizada mediante robots, pero cada marca decide afrontar ese supuesto final de la vida útil de las baterías de sus vehículos de una forma diferente.

En cualquier caso, es un proceso delicado y complicado que todavía no está claro cómo se va a realizar. Ya empiezan a surgir empresas especializadas en el reciclaje de estas baterías en países como Noruega, con un gran parque de vehículos eléctricos, y Francia o Alemania, como grandes fabricantes de automóviles.

Una nueva vida en equipo

Algunas marcas apuestan por reutilizar las baterías antes de reciclarlas para convertidas en acumuladores que sirvan para almacenar energía y regular los picos de suministro y de consumo en espacios públicos o privados. Las baterías que ya han perdido más de un 60% de su capacidad útil pueden seguir siendo válidas cuando no trabajan de manera individual sino asociadas a otras baterías. En este caso, se unen formando enormes acumuladores que pueden desempeñar un papel estratégico para almacenar la energía fotovoltaica o eólica producida durante el día y que no llega a utilizarse o incluso para almacenar la de la red eléctrica cuando su precio es más barato y reutilizarla cuando su coste es mayor.

BATERIAS RECICLADAS COMO ACUMULADORES

Algunos de estos acumuladores, realizados con casi 500 baterías usadas procedentes de coches eléctricos, llegan a una capacidad de 15 MWh, suficiente para parte del suministro eléctrico incluso de algunas factorías de automóviles.

También se estudia su empleo como acumuladores en los hogares, ya que de esta forma se puede almacenar la energía solar que no se utiliza para emplearla cuando es necesaria. El hecho de que una batería de coche no sea ya operativa en el propio vehículo no significa que no sea todavía útil, pues para un trabajo "estacionario" como en una industria o un hogar puede seguir siendo operativa durante años.

el primer punto de recarga que emplea baterías recicladas procedentes de vehículos

Otra forma de reciclar baterías

Iberdrola y BeePlanet han instalado en España el primer punto de recarga que emplea baterías recicladas procedentes de vehículos. Instalado en el kilómetro 175 de la A3, entre Valencia y Madrid, este punto de carga de Iberdrola permite contar con una potencia de carga de 100 kW y una capacidad de 200 kWh y es capaz de estar operativo a potencia máxima durante dos horas.

Este innovador sistema de utilizar las baterías recicladas es la solución para aquellos puntos de recarga en los que no exista suficiente potencia de red y se quiera aumentar la potencia disponible. Más allá de la innovación tecnológica en cuanto a recarga, este sistema pionero en España también es un ejemplo de reutilización de materias primas y materiales ya que se da una segunda vida útil a las baterías de 14 coches eléctricos, lo que evita la extracción de materias primas, se reduce en un 70% las emisiones de CO2 con respecto a una batería nueva y hasta el espacio en el que se almacenan es un contenedor marítimo reciclado.

Un estadio alumbrado por baterías de coches eléctricos

En 2018 el estadio Johan Cruyff Arena de Ámsterdam, Países Bajos, puso en marcha el sistema de almacenamiento energético más grande de Europa, a base de baterías reutilizadas procedentes de vehículos eléctricos para suministrar electricidad a un edificio comercial.

Se trata de una "superbatería" con una capacidad de 3 MWh compuesta por las baterías de 148 Nissan Leaf de primera generación. El sistema permite equilibrar el suministro y la demanda de electricidad del estadio del Ajax.

Un estadio alumbrado por baterías de coches eléctricos

Esta capacidad que aportan las baterías recicladas hace posible que la electricidad generada por los 4.200 paneles solares situados en el techo del Joahn Cruyff Arena se pueda almacenar y usar de manera óptima. El sistema de almacenamiento energético suministra electricidad de emergencia cuando es necesaria, reduciendo así el uso de la red eléctrica y evitando los picos de consumo producidos durante los eventos deportivos o de cualquier tipo que se celebran en este estadio.

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