Qué presión tiene que tener la caldera y cómo saber si es la correcta

Una presión en la caldera demasiado baja puede impedir que esta se encienda, mientras que una presión excesivamente alta podría provocar fugas o daños en los componentes

¿Qué es presión de una caldera?

La presión de una caldera es una medida que indica el equilibrio de agua y aire dentro del sistema. 

La presión en una caldera es un asunto importante. Asegurarse de que está en un nivel óptimo garantiza la correcta temperatura del agua. Un sistema con una presión adecuada significa que la instalación de gas es eficiente. 

¿Cómo se mide la presión de una caldera? 

La presión ideal, para casi la mayoría de las calderas domésticas en el mercado español, está entre 1 y 2 bares cuando el aparato está apagado o sin funcionar. 

La presión de una caldera se puede comprobar en el manómetro. Todos los sistemas cuentan con uno: ese indicador con forma circular que está en la parte delantera del sistema o debajo de la cubierta, en el panel de control.  

La caldera siempre tiene que tener algo de presión, porque asegura que el circuito tiene una cantidad justa de agua para cuando el usuario demande el servicio. 

¿Por qué baja la presión de la caldera?

La baja presión en una caldera es una señal de que no hay suficiente agua en el sistema de calefacción. Esto puede causar un flujo inadecuado de líquido, lo que impide que los radiadores calienten correctamente o que se obtenga agua caliente en sus grifos y ducha.

Es común que la presión baje después de un largo periodo de inactividad, como durante el verano. Si la caldera presenta este problema, las causas más frecuentes de que baje la presión de la caldera suelen ser:

• Fugas de agua. La causa más probable es una fuga en alguna tubería o en la propia caldera.
• Desgaste de uniones y curvas en las tuberías. Hay que revisarlas porque son los puntos que se deterioran con más frecuencia con el tiempo. 
• Goteos. Las calderas más antiguas a menudo tienen pequeñas fugas que pueden pasar desapercibidas. Si encuentra una fuga, lo más recomendable es contactar a un técnico profesional para que la repare. El especialista puede determinar si la fuga es la causa del problema de presión.
• Purga de radiadores. Si ha purgado los radiadores, es normal que la presión baje. Al liberar el aire acumulado, también se libera una pequeña cantidad de agua, lo que reduce la presión del circuito.

Se recomienda purgar los radiadores una vez al año, especialmente antes de que empiece el invierno. Esto es importante si nota que un radiador no se calienta uniformemente o si escucha ruidos de goteo al encender la calefacción. 

Para hacerlo, inicie siempre por el radiador más cercano al más lejano a la caldera. Siguiendo este orden, se asegura de que el aire acumulado sea expulsado de manera progresiva. Si comenzara por el radiador más lejano, el aire atrapado en los radiadores más cercanos a la caldera podría ser forzado a moverse hacia ese punto, haciendo que el proceso sea ineficiente y que tenga que repetir la purga varias veces.

¿Cómo subir la presión de la caldera?

Subir la presión de la caldera requiere de una maniobra sencilla: 

• Apague la caldera y espere a que se enfríe, que puede variar, según la antigüedad del aparato, entre media hora y una hora. 
• Localice la llave o válvula de llenado, que es una palanca, grifo o llave de color que está en la parte inferior del aparato. 
• Abrir la válvula lentamente. Este paso se hace, a menudo, girando en sentido contrario a las agujas del reloj. Se escuchará cómo fluye el agua. 
• Mientras ello sucede, hay que mirar el manómetro y esperar a que llegue a situarse entre 1 y 2 bares. Cuando esto suceda, cierre la válvula. 

Antes de realizar este procedimiento, es importante descartar que el sistema no tenga ninguna fuga. 

Qué pasa si la presión de la caldera es alta 

La presión alta de la caldera (más de 2,5 bares) es un signo de que algo anda mal en su aparato. Un valor que supera el equilibrio indica que hay exceso de aire o agua. Cuando se tiene este problema, la caldera se bloquea y deja de funcionar. 

El exceso de aire se elimina purgando los radiadores. 

Quitar el exceso de agua es un poco más complicado. Para reducirlo, lo ideal es usar el purgador de un radiador o la válvula de vaciado del sistema, si está disponible. En caso de que no exista una válvula de vaciado, también se puede liberar presión abriendo el purgador de uno de los radiadores y dejando escapar un poco de agua. Esto ayuda a disminuir la presión al reducir el volumen de agua dentro del circuito.

En cualquier caso, ponerse en comunicación con un experto es la mejor alternativa para resolver los problemas con la caldera. Los problemas de presión son un problema importante y muchas veces la mejor solución es hacer un cambio. 

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¿Cómo bajar la presión de la caldera?

Es similar a cómo subirla.

• Comprobar el manómetro. Es fundamental ver que está en el rango adecuado para confirmar la presión.
• Localizar y abrir la llave de vaciado. Al abrirla permitimos que el agua salga del sistema, lo que disminuirá la presión. Hay que hacerlo poco a poco, cuidadosamente para evitar derrames.
• Comprobar la llave de llenado. Ver que no estuviera abierta, porque podría ser la razón del aumento de presión, si lo está cerrarla y ajustarla para llegar a la presión adecuada.