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Calefacción central o individual: diferencias, ventajas y cuál elegir

15 de octubre 2025

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Vas a comprar o alquilar una vivienda, un paso fundamental tanto por calidad de vida como por inversión o gasto. Por eso conviene planificar el consumo energético y conocer las diferencias entre calefacción central y calefacción individual, porque cada cual tiene sus pros y contras.
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Tanto si vas a comprar o alquilar una vivienda, como si aún estás pensando en cambiar tu sistema de calefacción, es útil conocer en qué se diferencian la calefacción central y la calefacción individual y cuáles son las ventajas de cada una.

¿Qué es la calefacción individual?

Es el sistema independiente instalado en una vivienda o local particular para suministrar calefacción y agua caliente. Así, el propietario costea ese consumo individual y cualquier gestión vinculada como contratos, revisiones, reparaciones y mantenimiento. Es decir, se hace responsable del correcto funcionamiento de la instalación, de acuerdo con las normativas vigentes. Claro, si se trata de una vivienda o local arrendados, los inquilinos asumen solamente el gasto del consumo.

Ventajas de la calefacción individual

Son muchas las ventajas de elegir calefacción individual:

  • Mayor control sobre el propio equipamiento, su uso para ajustarlo a las propias necesidades y, por tanto, el gasto energético correspondiente. Es decir, el propietario solo costea la energía consumida y puede planificar un uso más eficiente. Además, la calefacción individualizada facilita aprovechar diferentes planes energéticos, como el Plan Gas Hogar (https://www.iberdrola.es/gas/plan-gas-hogar) de Iberdrola, tarifas de gas y servicios de gas adaptados a cada perfil de consumo.
  • No se paga una cuota fija por el mantenimiento, a diferencia de la calefacción central. Es decir, si deja de usarse una temporada por el motivo que sea, vacaciones, segunda residencia, etc., no genera ese gasto durante tal periodo.
  • Equipamiento que puede revalorizar la vivienda en caso de venta o alquiler, aunque esto también depende del tipo de combustible y el estado de la instalación.
  • La modalidad eléctrica en la calefacción individual aporta comodidad y seguridad de suministro, una amplia variedad de modelos para elegir el más adecuado a cada usuario y un mantenimiento más sencillo que una caldera de gas. Puede beneficiarse de planes y servicios energéticos de la compañía eléctrica para controlar el gasto. Eso sí, es necesario contratar una potencia capaz de asumir sin problema los momentos de uso intensivo. 

Todas estas ventajas implican a su vez algunos inconvenientes: 

  • Al ser una instalación que no se comparte con otros vecinos, resulta comparativamente más cara que la central, e implica asumir los gastos de instalación, revisión, mantenimiento, reparación o actualización si se aprueban nuevas normativas.

¿Qué es la calefacción central?

También llamada comunitaria, es la otra gran alternativa para disfrutar de calefacción y agua caliente: una caldera común desde la que se bombea calor y agua caliente a cada piso o local de un edificio. Por lo tanto, estas viviendas comparten a partes iguales los gastos de gestión y mantenimiento. Además, deben ponerse de acuerdo sobre los rangos de temperatura y funcionamiento en cada época del año, aunque los termostatos y llaves de radiadores en cada casa permiten ajustar ese funcionamiento dentro del rango común.

También se solían compartir los gastos de combustible, pero las normativas de la UE establecieron la instalación de contadores individuales (o repartidores de costes, si no es posible montar contadores individuales) en cada vivienda para que pague por su consumo específico. Es lo que se conoce como calefacción central individualizada, una solución que combina ventajas de ambos sistemas. 

La normativa obliga a esa modificación en los edificios con calefacción central ya construidos (los nuevos incluyen contadores individuales de obra) para mejorar la eficiencia energética. Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), el ahorro final para el conjunto de usuarios de una instalación con reparto individualizado se acerca al 30%.

Ventajas de la calefacción central

Antes de aprobarse la normativa de contadores individuales en las calefacciones comunitarias, era mucho más marcada su diferencia con la individual ya que en la central se compartía el consumo a partes iguales entre todas las viviendas, independientemente de su uso real.

Sin embargo, con los contadores individuales, cada vivienda recibe una factura personalizada y paga exclusivamente lo consumido. Esto es un incentivo para planificar, racionalizar y evitar despilfarros, lo que redunda en un uso más responsable.

Algunas ventajas de la calefacción central son:

  • La comunidad de propietarios y la administración de fincas se encarguen de su gestión, revisión y mantenimientos. 
  • Comparativamente, el coste total del equipamiento y la instalación es más reducido que en la individual. En términos generales aporta mayor rendimiento energético y la posibilidad de tarifas económicas por un volumen de consumo total mucho más elevado que una vivienda particular. En consecuencia, el gasto energético suele ser menor que el de una calefacción individual para una vivienda o un local equivalentes. Ojo, sobre todo en edificios grandes, el rendimiento puede variar con la situación de los pisos, ya que es más difícil bombear agua y calor a los más altos.
  • Las viviendas no pierden espacio para emplazar la caldera en un cuarto adecuado, ni asumen el riesgo de un mal funcionamiento del sistema doméstico. 
  • Puede revalorizar la vivienda si el siguiente propietario o inquilino valora las cualidades de la calefacción colectiva. 

Finalmente, ambos tipos pueden incluir en el circuito sistemas de regulación del consumo como válvulas manuales y termostáticas, o termostatos inteligentes que se programan para ajustar la temperatura en función de zonas, horarios, necesidades puntuales, etc.

Tipos y funcionamiento de la calefacción individual y central

La caldera es el equipamiento clave de la instalación ya que se encarga de calentar el agua que proporciona el calor. Es decir, hasta ella llegan los circuitos tanto de agua como de combustible, y de ella parten las tuberías que distribuyen el agua caliente a radiadores y griferías. 

El combustible más usado en ambos casos es el gas natural a través de la red externa de distribución, lo que implica facilidad de transporte, garantía de suministro, comodidad de servicio y planes adaptados a hogares. Su poder calorífico y el precio también suelen ser ventajas respecto a otros combustibles. Existen modelos de propano, butano o gasoil (en este caso, se transporta mediante camiones cisterna para rellenar un depósito). Otros modelos consumen biomasa o bioetanol destilado de materias vegetales.

La familia de calderas de gas incluye las de condensación, que aprovechan el calor del vapor de agua generado por la combustión para aumentar la eficiencia energética y reducir emisiones. 

Otro de los modelos más populares son las calderas eléctricas que calientan agua o fluidos (radiadores) mediante resistencias, y solo se usan en calefacciones individuales. 

Calefacción por aerotermia (https://www.iberdrola.es/smart-clima/aerotermia): en vez de una caldera, usa una bomba de calor que funciona con electricidad para captar la energía de aire y con ella climatizar y calentar agua. Al aprovechar la energía natural y renovable del aire, puede reducir las emisiones de CO2 un 70% y es cuatro veces más eficiente que una caldera convencional. 

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Calefacción central o individual, ¿cuál me conviene más?

Como entran en juego diferentes factores (tamaño de la vivienda y el edificio, comodidad en la gestión, precio y presupuesto, intensidad de uso, tipo de combustible, eficiencia energética…), no existe una respuesta genérica y cada usuario deberá hacer su particular balance de prioridades.

Desde que las calefacciones centralizadas incluyen contadores individuales, la diferencia entre ambos tipos se ha reducido, sobre todo en consumo, y pesan más otros factores como el tipo de vivienda o su ubicación. En términos generales, podemos decir que la individual permite más flexibilidad y control sin depender de terceros, aunque tiende a ser algo más cara e implica tiempo de gestión; mientras la centralizada tiende a ser más barata y apenas le pide tiempo de gestión al propietario, aunque a costa de un menor control sobre ella.  

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