Conceptos básicos del coche eléctrico

La movilidad eléctrica tiene sus propios parámetros y unidades de medida, diferentes a los de los vehículos de combustión, pero solo exige que nos acostumbremos a utilizar otras formas de medir la energía que utilizan nuestros coches.

Del mismo modo que hace unos cuantos años no sabíamos lo que era un mega, un giga o terabyte y ahora estamos acostumbrados a esos términos e incluso a calcular el uso que hacemos de ellos, con el vehículo eléctrico ocurre algo parecido. No vamos a necesitar ni calculadora ni saber de álgebra para hacer una estimación de la batería que nos queda o lo que consume nuestro nuevo coche. Solo debemos conocer unos conceptos básicos para entender mejor su funcionamiento y sacar todo el partido de su tecnología.

POTENCIA

Es una de las cosas que más llama la atención a todos los que por primera vez se empiezan a interesar por los vehículos eléctricos. En los coches con cero emisiones la potencia de su motor (o sus motores) ya no se mide en caballos de vapor (CV) sino en kilowatios (kW). Un kilowatio es aproximadamente 1,36 caballos por lo que un coche con 100 kW de potencia tendrá unos 136 CV.

CAPACIDAD DE LA BATERÍA

Aquí tenemos otra nueva unidad de medida, el kilowatio-hora (kWh). Por hacer una analogía, sería como si midiéramos la capacidad de combustible de un depósito en kWh en lugar de hacerlo en litros como hasta ahora. Cuanta más capacidad tenga la batería, mayor será la autonomía, aunque también hay que tener en cuenta el consumo de nuestro coche para calcular esa autonomía.

CONSUMO

En un vehículo de combustión hablábamos de litros a los 100 kilómetros, en un eléctrico la medida del gasto se realiza en kilowatios-hora a los 100 kilómetros (kWh/100 km). Para hacernos una idea del consumo de un eléctrico pongamos dos ejemplos algo extremos, un SEAT Mii electric de 61 kW de potencia (83 CV) tiene un consumo combinado homologado de 14,4 kWh/100 km. Un Porsche Taycan Turbo S de 560 kWh (761 CV) anuncia un consumo de 24,3 kWh/100 km. Estas son las cifras homologadas y al igual que ocurre con los vehículos de combustión la forma de conducir, las condiciones del tráfico y la orografía hacen variar sustancialmente esta cifra.

AUTONOMÍA

Si nuestro depósito se mide en kWh y el consumo en kWh/100 km, es más o menos fácil calcular la autonomía en función de estos dos parámetros. Siguiendo con los dos ejemplos anteriores, el SEAT Mii electric tiene una batería de 36,8 kWh; si su consumo medio es de 14,4 kWh/100 km, la autonomía media estimada es de 255 kilómetros. En el caso del Porsche Taycan Turbo S, con 93,4 kWh de batería y un consumo de 24,3 kWh/100 km podríamos recorrer un máximo de 384 kilómetros.

TIEMPOS DE CARGA

En base a la potencia del punto de recarga podemos estimar cuánto tiempo tardaremos en llenar la batería de nuestro coche. Si por ejemplo nuestro coche tiene una batería de 50 kWh y nos conectamos a un cargador de 50 kW, llenarla de 0 al 100% nos llevaría una hora aproximadamente. El cálculo no es tan exacto porque durante la carga también se consume algo de energía y el proceso no es completamente lineal, es decir, hay momentos en los que se carga a máxima potencia y otros en los que el vehículo la disminuye para preservar la seguridad de todo el sistema. Normalmente la recarga del 0% al 80% suele ser bastante ágil y después baja pudiendo igualarse el tiempo de carga del 0 al 80% que del 80% al 100%.

También hay que tener en cuenta que, generalmente, en un repostaje en un viaje, la recarga no parte de una batería al 0% ni es necesario llegar al 100% por lo que los tiempos suelen ser más cercanos a los 20-30 minutos. Y, aunque la forma de calcular las cifras es el mismo, es importante diferencian entre una recarga vinculada (en casa o trabajo) donde el tiempo que está parado es muy largo y se puede recargar a menor potencia (de 2kW a 7kW) durante varias horas, y una recarga pública en un viaje donde prima el tiempo y, por tanto, se realizan a mayor potencia.