Gas licuado de petróleo (GLP): qué es, usos y ventajas

El Gas licuado de petróleo o GLP tiene un alto poder calorífico y su intensidad se puede regular con precisión. Te explicamos qué es, para qué sirve y cuáles son sus ventajas actualmente.

¿Qué es el Gas Licuado de Petróleo o GLP?

Es un tipo de combustible que contienen tanto el petróleo crudo como el gas natural, y se obtiene en el refinado del primero o durante la extracción del segundo del yacimiento. Actualmente, la mayor parte del GLP consumido procede de este segundo proceso.

De hecho, el descubrimiento del GLP se produjo en 1911, cuando el químico estadounidense Walter Snelling analizó la merma en los depósitos de gasolina y descubrió que se debía a la evaporación de esos gases presentes en dicho carburante. Snelling fue el primero en desarrollar un método de separación y licuado que permitió su uso como combustible específico.

¿Cómo se obtiene el Gas Licuado de Petróleo?

Una de las claves de su utilidad es que el GLP puede licuarse (transformarlo en líquido) mediante procedimientos relativamente sencillos: al someterlo a una presión moderada, o bien reduciendo su temperatura por debajo de cero. Esto permite almacenarlo en recipientes a presión, transportarlo y distribuirlo de una forma mucho más eficiente. 

Aunque hablamos de gas licuado en singular, en realidad se trata de dos gases parecidos, pero con algunas diferencias en su composición, comportamiento y tratamiento: butano y propano, que se comercializan con un porcentaje de mezcla.

De acuerdo con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), el propano comercial contiene aproximadamente un 20% de butano, y viceversa, el butano comercial contiene alrededor de un 20% de propano, si bien estos porcentajes pueden variar en función del uso.

El método de licuación también difiere. Si es por temperatura, el butano lo pone fácil porque solo debe ser inferior a -0,5º C, mientras que para el propano debe bajar de -42,5º C. Si se licúa por presión, deben superarse las dos atmósferas para el butano y ocho en el propano, según el Miteco. Hablamos de una reducción de volumen muy considerable: al usarlo, un litro de líquido se transforma en 237,8 litros de gas en el caso del butano, y 272,6 en el propano. 

Ventajas del Gas Licuado de Petróleo

Las ventajas del GLP son:

• Alto poder calorífico. Produce mucha energía por unidad de volumen, lo que le permite, por ejemplo, calentar agua y alimentos o calefactar con rapidez. El butano alcanza 11.867 kilocalorías/Kilogramo (PCS, poder calorífico superior), y el propano 12.052. Comparado con otros combustibles, 1 Kg de propano equivale aproximadamente a la energía proporcionada por 1,24 m³ de gas natural; 1,20 litros de fuel-oíl; 3 m³ de gas ciudad; 1,30 litros de gasoil; de 3 a 6 Kg de leña; 14 kWh de electricidad; o 2 Kg de carbón. Este poder calorífico unido a unos precios menores que otros combustibles se traduce en reducción de costes energéticos. 
• Limpieza y eficiencia. Al usarlo se quema por completo y apenas genera humos, gases o residuos como el hollín. Tampoco contiene sustancias contaminantes como el plomo o el azufre. Si se emplea para cocinar, no altera el sabor de los alimentos ni transmite sustancias tóxicas.
• Comodidad y versatilidad. Al licuarse, el GLP facilita su manipulación y almacenamiento en botellas, bombonas, cartuchos o depósitos de mayor tamaño, y por tanto su transporte hasta cualquier punto de consumo. También puede distribuirse mediante redes de tuberías, como sucede con el gas natural. Esto amplía su variedad de aplicaciones en interior y exterior como una de las fuentes de energía más polivalentes. Para climas fríos, el propano es particularmente útil por su muy bajo punto de congelación: -44º C. Asimismo, el GLP puede incluirse en los planes de gas y de gas hogar, además de la instalación y otros servicios de gas complementarios (revisiones, reparaciones, asistencia técnica, descuentos...) de las compañías energéticas.
• Menor impacto medioambiental. Genera menos emisiones de CO² que otros combustibles fósiles. Así, la Directiva 2014/94/UE del Parlamento y el Consejo europeos lo considera, junto con electricidad, hidrógeno, biocarburantes y gas natural, una de las principales alternativas “con potencial para sustituir al petróleo a largo plazo”. 
• Algunos riesgos. El GLP es muy inflamable, hay que manipularlo con precaución y mantener bien mantenidas y revisadas las instalaciones. Resulta peligroso si se inhala o acumula en espacios cerrados. En estado puro es incoloro e inodoro, por ello durante su producción industrial se le añade una sustancia olorosa (mercaptán) que facilita la detección de fugas. Tiende a acumularse en zonas bajas (es más denso que el aire), de ahí medidas de seguridad como instalar rejillas y sistemas de ventilación en cocinas, garajes subterráneos, etc.
• Fiscalidad estatal. El uso del GLP contribuye a la financiación del Estado, los servicios públicos y las políticas de transición energética a través del impuesto sobre hidrocarburos que grava este y otros tipos de combustibles.

¿Para qué sirve el Gas Licuado de Petróleo?

Existen pocos combustibles tan versátiles como el GLP por su almacenamiento en múltiples formatos, transporte, distribución y adaptación de la combustión a todo tipo de actividades.

En el ámbito doméstico, se aplica en calefacción, agua caliente sanitaria, fogones, hornos y gasodomésticos (estufas, calentadores, frigoríficos…). También permite estos mismos usos a mayor escala en establecimientos hoteleros y cocinas profesionales. En este último caso, el GLP asegura un calor con una inmediatez y gradación de intensidad que no aportan otras fuentes de energía.

La variedad de bombonas y cartuchos portátiles permite múltiples usos recreativos: desde camping gas, caravanas y vehículos camperizados a motores náuticos o, incluso, globos aerostáticos, además de parrillas, planchas, hornillos, barbacoas, lámparas y estufas para actividades al aire libre. 

La calefacción es otro de sus usos más habituales en sistemas de calderas y radiadores o en estufas de interior o exterior (como las de terraza que se ven en hoteles, cafeterías y restaurantes). Los llamados fuegos de jardín combinan calefacción e interiorismo: un fuego cubierto con una urna, exenta o integrada en una mesa. 

En usos industriales, se suele suministrar desde grandes depósitos contenedores que contribuyen a la autonomía energética de las instalaciones: para alimentar turbinas y generadores que producen electricidad, como combustible de vehículos agrícolas y logística, para calor de alta intensidad en industrias metalúrgicas o cerámicas, en refinerías, fábricas de plásticos y un largo etcétera.

El Gas Licuado de Petróleo destinado al transporte tiene su propio nombre: Autogas, usado en vehículos utilitarios y de mayor tonelaje para cargar mercancías. Algunos modelos se fabrican con un sistema de propulsión bivalente (que puede consumir tanto GLP como gasolina), pero también es posible transformar un vehículo de gasolina para que use GLP (no afecta al funcionamiento interno del motor, solo hay que modificar depósito, canalizaciones e inyección). En el caso de motores diésel, la conversión es más compleja. Entre sus ventajas, figuran un precio generalmente menor que el gasoil y la gasolina, más autonomía (por encima de los 1.000 kilómetros), un funcionamiento más suave, con menos ruidos y vibraciones, además de menores emisiones de CO² y gases tóxicos. Entre los contras, que la red de estaciones de servicio con GLP es aún reducida.