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Mantenimiento del termo eléctrico: consejos para alargar su vida útil

10 de diciembre 2025

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Descubre por qué es importante mantener un termo eléctrico en buen estado, las tareas básicas de mantenimiento que puedes hacer en casa para alargar su vida útil, incluidas la limpieza del interior y la revisión de la resistencia, así como los síntomas de su desgaste y cuándo es necesario llamar a un técnico especializado.
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El termo o calentador eléctrico es un aparato diseñado para proporcionar agua caliente sanitaria mediante el uso de energía eléctrica. A diferencia de los calentadores de gas —que calientan el agua de forma instantánea y solo cuando se utiliza—, el termo eléctrico funciona almacenando el agua en un depósito y calentándola de forma progresiva gracias a una resistencia eléctrica situada en su interior. 

Este depósito, generalmente de entre 30 y 150 litros, está recubierto con materiales aislantes que ayudan a conservar la temperatura del agua durante varias horas, incluso cuando el aparato ya no está en funcionamiento. Su desempeño es sencillo y silencioso, lo que lo convierte en una opción popular en viviendas sin instalación de gas o en segundas residencias. 

Según IDAE, el termo eléctrico está presente en el 29% de los hogares españoles (la gran mayoría en la zona climática mediterránea), frente al 61% que dispone de caldera de gas individual. 

El sistema opera bajo un principio básico: cuando la temperatura del agua baja por debajo del nivel fijado en el termostato, la resistencia eléctrica se activa automáticamente hasta alcanzar la temperatura deseada, momento en el cual se detiene para ahorrar energía. El termo incluye también una válvula de seguridad para evitar sobrepresiones, y puede incorporar funciones más avanzadas, como programación horaria o modos eco para minimizar el consumo. 

Aunque su instalación es relativamente sencilla y su uso no requiere un suministro continuo de combustible, un termo eléctrico necesita ciertos cuidados periódicos para garantizar su eficiencia, prolongar su vida útil y, sobre todo, evitar problemas como la acumulación de cal, la corrosión interna o las pérdidas de agua caliente.

¿Por qué es importante mantener un termo eléctrico en buen estado?

Mantener un termo eléctrico en buen estado no sólo garantiza un suministro constante y eficiente de agua caliente, sino que también evita averías costosas y alarga el uso del aparato. Con el paso del tiempo, la acumulación de cal en la resistencia eléctrica puede reducir significativamente su rendimiento: el termo tarda más en calentar el agua y consume más electricidad para lograrlo. Esta sobrecarga constante no solo repercute en la factura energética, sino que también acelera el desgaste de los componentes internos. 

Además, si no se realizan revisiones periódicas, es fácil que pequeños fallos —como una válvula atascada o un termostato desajustado— pasen desapercibidos hasta que el termo deja de funcionar de forma repentina.

También hay que tener en cuenta los riesgos derivados del deterioro de materiales. Si el ánodo de magnesio, que protege el interior del depósito contra la corrosión, no se revisa y sustituye a tiempo, el termo puede sufrir oxidaciones internas que acaban provocando fugas o incluso perforaciones en la cuba. 

Por otro lado, un mal mantenimiento puede comprometer la seguridad de la instalación: una válvula de sobrepresión que no actúe correctamente ante un aumento anómalo de la temperatura o presión podría derivar en daños más serios. 

Tareas básicas de mantenimiento de un termo eléctrico que puedes hacer en casa

Aunque el termo eléctrico no requiere una atención constante, realizar unas pocas tareas de mantenimiento con cierta regularidad puede marcar la diferencia entre un aparato duradero y uno que se avería al menor descuido. 

Toma nota de las tareas que puedes ir llevando para mantener tu termo eléctrico en buen estado:

  • Revisa el ánodo de magnesio. La primera recomendación básica es revisar el estado del ánodo de magnesio una vez al año o cada dos años, dependiendo de la dureza del agua de tu zona. Este componente (una barra de acero recubierto de magnesio) se encuentra en el interior del termo y su función es proteger el depósito contra la corrosión. Aunque su sustitución debe hacerla un técnico, conocer su existencia es esencial para prevenir fugas y alargar la vida útil del termo.
  • Vacía y limpia el termo una vez al año. Para hacerlo, primero apaga el aparato y desconéctalo de la corriente. Luego, cierra la llave de entrada de agua y abre el grifo de agua caliente más cercano para aliviar la presión. A continuación, utiliza la válvula de vaciado (si la tiene) o desconecta el manguito de salida inferior para vaciar el depósito. Esta operación permite eliminar sedimentos acumulados en el fondo —como cal, óxidos o impurezas— que podrían reducir la capacidad real del termo o dañar la resistencia. Aprovecha también para comprobar que no hay pérdidas de agua en las conexiones ni signos de óxido en las juntas.
  • Verifica que esté funcionando correctamente. Si notas que el agua sale más fría de lo habitual o tarda mucho en calentarse, puede que esté desajustado. Muchos modelos permiten acceder al termostato fácilmente para regular la temperatura recomendada (en torno a los 50–60 °C, para evitar tanto sobrecalentamientos como proliferación de bacterias como la legionela). 
  • Mantén limpia la carcasa exterior y asegúrate de que el aparato esté bien fijado a la pared. Especialmente si ha habido vibraciones o movimientos. Todos estos cuidados no requieren conocimientos técnicos y pueden marcar la diferencia en el rendimiento diario del termo.
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Limpieza del interior del termo y revisión de la resistencia

La limpieza interior del termo eléctrico y la revisión de la resistencia son dos de las intervenciones más importantes para garantizar el buen funcionamiento del aparato a largo plazo, y conviene detenerse en ellas. Con el uso continuado, especialmente en zonas con aguas duras, el interior del depósito acumula cal y sedimentos que se depositan en el fondo y alrededor de la resistencia eléctrica. Esta capa de incrustaciones actúa como un aislante térmico, obligando a la resistencia a trabajar más tiempo y a mayor temperatura para calentar el agua, lo que aumenta el consumo eléctrico y acelera el deterioro del componente. 

Por eso, se recomienda vaciar el termo por completo al menos una vez al año y desmontar la brida inferior para acceder al interior del tanque. Una vez abierto, debe limpiarse con cuidado la resistencia —si es blindada— y eliminarse cualquier acumulación de cal o lodo del fondo. 

En el caso de resistencias envainadas (también llamadas “cerámicas”), el acceso puede ser más sencillo, y su durabilidad suele ser mayor, pero también requieren inspección. Esta limpieza, aunque puede realizarla un usuario con cierta destreza, es preferible que la lleve a cabo un técnico cualificado, sobre todo si hay que sustituir la junta o si se observa corrosión en las partes metálicas. 

Cuándo es necesario llamar a un técnico especializado

Llamar a un técnico especializado se antoja fundamental cuando el termo eléctrico presenta signos claros de mal funcionamiento que no pueden resolverse con tareas básicas. Por ejemplo, si el agua no se calienta pese a que el piloto o indicador del aparato está encendido, puede deberse a una avería en la resistencia o en el termostato, componentes que requieren desmontaje y manipulación eléctrica. 

También es aconsejable recurrir a un profesional si el termo gotea por la parte inferior, ya que esto podría ser señal de una fuga interna en el calderín o de la degradación del ánodo de magnesio. Estas situaciones, si no se abordan con rapidez, pueden terminar provocando corrosiones severas o incluso inutilizar el aparato. Además, si el termo emite ruidos anómalos (como crujidos o silbidos), puede deberse a una acumulación importante de cal sobre la resistencia, lo que requiere desmontaje y limpieza especializada.

Otro motivo habitual para contactar con un técnico es la revisión o sustitución periódica del ánodo de magnesio, el cual, si se agota, deja al termo indefenso frente al óxido. Aunque algunos usuarios con experiencia pueden realizar esta tarea, lo más seguro es que lo haga un profesional, ya que implica abrir el termo y trabajar en zonas delicadas del equipo. 

También hay que contar con un instalador autorizado cuando se instala un nuevo termo, se cambia la ubicación del aparato o si se requiere una intervención sobre la conexión eléctrica o hidráulica. 

En definitiva, ante cualquier duda que comprometa la seguridad, la estanqueidad o la integridad del sistema, lo más sensato es recurrir a un técnico cualificado, que pueda garantizar una reparación segura y duradera.

Síntomas de desgaste de un termo eléctrico

Detectar a tiempo los síntomas de desgaste en un termo eléctrico es clave para evitar averías mayores y planificar una sustitución antes de que el aparato deje de funcionar por completo. Uno de los primeros signos a los que debes prestar atención es la pérdida de capacidad calorífica: si el agua tarda más en calentarse o no alcanza la temperatura habitual, puede ser señal de que la resistencia está cubierta de cal o funcionando de forma deficiente. Otro indicio habitual es que el termo se quede sin agua caliente con mayor rapidez, lo que podría deberse a una acumulación de sedimentos que reduce el volumen útil del depósito, o a un termostato que no regula correctamente la temperatura.

También conviene vigilar la aparición de goteos o pequeñas fugas en la base o en las conexiones del aparato, que pueden revelar problemas en las juntas, corrosión interna o fatiga en la estructura del calderín. Asimismo, si empiezas a notar ruidos extraños como crujidos, burbujeo o zumbidos al calentarse el agua, es muy probable que haya una acumulación importante de cal en el fondo del depósito. 

Otro síntoma preocupante es el olor o color extraño en el agua caliente, que podría estar indicando oxidación interna o deterioro del ánodo de magnesio. Por último, si el termo tiene más de diez años, aunque siga funcionando, conviene revisarlo con más frecuencia, ya que a partir de esa edad el riesgo de fallo estructural o pérdida de eficiencia aumenta considerablemente. Estos signos no siempre implican una avería inminente, pero son una señal clara de que el termo necesita atención técnica o incluso una renovación.

A través de Smart Clima de Iberdrola, te ayudamos a mantener revisadas y en buen estado los termos, calderas y calentadores de (calderas y calentadores de gas) gas para, paso a paso, junto con otras soluciones alcanzar una deseada eficiencia energética.

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