En el mercado ya existen infinidad de coches eléctricos para niños que replican con más o menos fortuna modelos conocidos, con unos precios de entre 300 y 600 euros, con velocidades y potencias muy limitadas, además de control parental mediante un mando a distancia. Muchas marcas de automóviles ofrecen en sus catálogos de boutique coches de este tipo, como Mercedes o Volvo. Entre estos modelos producidos por fabricantes independientes podemos encontrar deportivos y todoterreno, pero también camiones, tractores y hasta reproducciones de vehículos de obras públicas.

Aunque aquí nos vamos a centrar en otros que será difícil que se lleguen a ver por la calle y que son verdaderas joyas por la calidad de sus reproducciones (y por su precio): auténticas réplicas a escala de coches clásicos muy conocidos, en algunos casos comercializados por las propias marcas originales.

Uno de los más caros y llamativos, además de tener una curiosa historia, es el Bugatti Baby. En 1926 el fundador de la marca, Ettore Bugatti, construyó para su hijo Roland de cuatro años una réplica del Type 35 con el que Bugatti estaba consiguiendo importantes éxitos en competición. Aquel primer Bugatti Baby contaba con un motor de gasolina y los clientes de la marca rápidamente solicitaron uno igual para sus hijos. Al final se construyeron unos 500 ejemplares entre los años 1927 y 1936 que fueron a parar a hijos de reyes y grandes empresarios europeos.

En 2020 la marca decidió lazar una nueva edición de 500 ejemplares de este modelo, pero movido por un motor eléctrico. Mide 2,8 metros de largo y se vendió con carrocería de material composite, aluminio o fibra de carbono, en dos versiones para 20 km/h o 40 km/h de velocidad y un precio a partir 45.000 euros, aunque los 500 disponibles se agotaron en solo dos semanas y ahora son cotizadas y revalorizadas piezas de colección, que se entregaban en un lujoso estuche con forma de gran baúl.

Como James Bond

Algo parecido ocurre con el DB5 Junior que ha lanzado Aston Martin, del que solo se fabricarán 1.059 unidades. Esta réplica del coche de 007 mide casi tres metros de largo y está propulsado por un motor eléctrico con dos niveles de potencia, para una velocidad máxima de 19 km/h o para 48 km/h. Su precio está al alcance de agentes secretos o villanos, 40.000 euros.

Para los que quieran algo más de autenticidad, se ha puesto a la venta una edición de solo 125 unidades que, además, equipa todos los gadgets del agente secreto, como la instrumentación especial, las ametralladoras en los faros, destellos, sonidos de disparos y cortina de humo, pero el precio también se dispara hasta los 100.000 euros.

Otros coches clásicos

Algo más asequibles son los modelos fabricados por Junior Dream Cars, verdaderas réplicas de algo más de dos metros de largo de modelos como el Land Rover Serie II, Jeep Willys o el mítico Jaguar E-Type, aunque en su catálogo tienen otras reproducciones de vehículos clásicos, incluso de antiguos monoplazas de Fórmula 1 de los años 60 y 70. Alcanzan velocidades de hasta 45 km/h, aunque pueden limitarse a 10 km/h y están indicados para niños a partir de los cinco años.

La firma británica Morgan, que sigue fabricando sus coches con el mismo estilo de hace un siglo, sacó una serie limitada que reproducía a escala su primer modelo, el Morgan Threewheeler. Este modelo de tres ruedas en su versión infantil es eléctrico, se llama Morgan EV3 Junior, se fabrica de manera totalmente artesanal, alcanza una velocidad de 10 km/h y su precio es de unos 8.000 euros.

Los amantes de los vehículos de los años 20 también tienen unas interesantes propuestas en los modelos del a firma americana D. Throne, coches eléctricos pensados para compartir padres e hijos de una forma un tanto especial. Aunque no reproducen ningún modelo en particular la calidad de sus detalles es excelente y su motor eléctrico de gran potencia le permite alcanzar los 30 km/h. Pero lo mejor es que con la adaptación de un pequeño remolque y un manillar en la parte trasera pueden transportar también a un adulto. Los precios de estos modelos, que pueden personalizarse por el cliente, arrancan en los 4.000 euros

Coches eléctricos como terapia

Hyundai ha donado un coche eléctrico muy especial al Hospital Infantil San Joan de Déu de Barcelona. El Hyundai EV es conducido por los niños desde su habitación hasta la sala de tratamientos, uno de los momentos más duros y estresantes para los niños. El coche cuenta con una sofisticada tecnología desarrollada por Hyundai que incluye un sistema de reconocimiento de emociones faciales, cinturón de ejercicios respiratorios, sensor de monitorización de la frecuencia cardíaca, sistema de iluminación adaptada a las emociones y dispensador de aroma, también adaptado a las emociones, todo ello para relajar a los niños en ese trance y hacer su terapia algo más llevadera.

En la primavera de 2017 entró en servicio en Reino Unido un Rolls Royce muy especial en la unidad pediátrica del hospital St. Richard de Chichester, la ciudad donde se encuentra la factoría de la marca. Este especial Rolls Royce también es conducido por los niños y niñas desde su habitación hasta la sala de terapias o el quirófano, cambiando completamente su actitud y estado emocional al enfrentarse a ese trance.